domingo, 28 de febrero de 2016

SE AHOGÓ

Un gran corazón
que poco a poco,
herida a herida
se ahogó.

Astillas se le fueron clavando
como lanzas al pobre astado
y sangrando poco a poco se fue
al fondo del lago con escalibur.

Predijo mi destino
ahogado en un lago,
muerto tras la batalla
por una tierra perdida.

Y en el lecho de muerte
como último recurso
arremetí contra el mundo
sin sentido ni resultado alguno.

Ahora ya vencido,
solamente espero que mi alma
libre quede de sufrir
pues en ésta vida suficiente agua tragó.


miércoles, 20 de enero de 2016

LUNA LLENA, BLANCA Y HELADA

Una mañana de gélidos vientos,
una tarde de engañoso sol,
y una noche de luna llena,
blanca y helada,
produjo en mí,
lo que al más peludo de los seres horrendos,
como si la gota colmase,
periódicamente mi serenidad.

Arrebataron mi alma poco a poco,
trate de soportar todas las vicisitudes,
y fructíferamente lo logré,
hasta que esa blanca y helada luna llena,
sacó lo que por desgracia,
apareció en mi sosegada alma,
Vehemencia

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miércoles, 6 de enero de 2016

La cura

Ese momento en el que mis ojos se vuelven de caramelo fundido, la cual cubre la parte superior de un incomprendido helado de melancolía. Ese momento en el que me acerco a la fuente del único oasis del desierto, semejante al más fúnebre de los lugares que fueron recorridos durante demasiado tiempo buscando dónde está esa cura que tiempo atrás abundaba en el interior del diamante más puro, y que ahora escasea, como flor en el altar, como lágrimas de alegría, como felicidad en mi alma...

Ese momento en el que mi peso cae sobre el suyo, sosteniendo con ambas manos la cuerda de la tranquilidad, de la sensación de calor, de compañía perfecta, de algo tan inexplicable como especial para mi malherido corazón...

Duele sentir, pues el no saber el sentimiento que te rodea es el mayor de las incompletencias, el mayor de las frustraciones, pues sabes que sientes dolor, también incomprensión, rabia, odio, confusión... La mezcla de sentimientos que completan en tu mente el caos y desasosiego en tu alma.
Y tan cerca la cura... Pero tan difícil de conseguirla... Y mucho más mantenerla, pues es efímera, incorpórea, faltosa de inteligencia, pero llena de vida, y escurridiza al menor de los descuidos. Llena de magia que produce incluso a quién no la toma, pues sus efectos curativos causan milagros en todo el planeta, pues nunca un gesto tan pequeño como un simple abrazo, supuso nunca nada tan importante como lo supone para mi desdichado tango...
Un simple entrelace de brazos, un simple sentir de tu respiración junto a mi cuello, con tu mejilla en mi pecho, con el dulce olor de tu propia fragancia, un simple levantar de cabeza, un beso en la mejilla...
y un "te quiero"...

Quizá no sea apto para recibir ninguna de ésta vendición, pues ni tan solo unas sombrías palabras capaces son de hallar en mi interior la voz que grita:

"solo quiero un poco de cariño.."

Pero cuando el más terrible peso caiga sobre mí, temo de la extinción de la misma...


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Mente, corazón y brazos

Querida honestidad, ¿dónde te perdiste?
Soñada fraternidad. ¿dónde te hallas?
Perdida paternidad, nunca la recuperaré.
Despilfarraste tu amor en cosas sobrevaloradas,
malgastaste tu afecto entre amasijos de hierro, entre trozos de metal oxidados...
La vida ahora no te sonreirá de mi lado,
No,
Nunca más.
Estrujaste mi mirada como si desenvolvieses un caramelo.
Destripaste mi alma como si cada tira de un regaliz se asemejase a mi alma.
Poco te importó lo que hacías,
menos lo que decías,
pues poco te importó abandonarme a la intemperie cual cachorro incomprendido,
que solo ladra por necesidad de afecto,
necesidad...
Olvidaste el motivo de mi marcha,
el egoísmo se apoderó de tu mente,
la ira de tu corazón,
y la impotencia de tus brazos,
que no sirvieron para otra cosa que para machacarme,
agarrar la mochila, llena de conocimiento,
y hacer que aún me sienta desterrado,
como guerrero de batalla perdida.
Pero te aseguro,
que toda tu ira,
y toda tu maldad,
llenará tan solo,
de rendición tu mente,
tu corazón,
y tus brazos.

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martes, 5 de enero de 2016

Ojos de mirada desconocida

Como la arena entre los dedos, como el agua por los surcos de las rocosas laderas, como mi mano por tu mejilla, resbalan en el olvido los recuerdos, malos, buenos, todos, hasta no quedar ninguno, pues esos ojos miraron lo desconocido, como si de un desierto se tratase, un desierto de lágrimas.

A penas tus ojos se abrieron, y la única vez que lo hicieron, volvieron a entrecerrarse para desentenderse de lo que no podían entender, para volver a la oscuridad de la que habían partido, la que poco a poco absorbía los pétalos de la rosas de tu jardín, tan bien cuidado, tan brillante, resplandeciente.

Las pocas rosas que quedan sin marchitar las roba tu sangre, haciendo que la parte superior del reloj de arena empiece a quedarse vacía, y la inferior, la que lleva al infierno, la que hace llorar, sufrir, se llene de falsas esperanzas que no hacen más que agravar la tristeza. 

Boca arriba, toboganes del infierno y cortinas blancas, como las flores del último adiós te rodean, como si predestinada estuvieses a decirnos adiós, sin por última vez ofrecerme una toalla y un bañador el día mas caluroso de verano. La marea ya no acompaña, está baja, como la cima de la duna más alta de nuestro pequeño y acogedor desierto, y el salto estremece. Pereces suspendida esperando la caída, ya inevitable, pues ya partiste, ya subiste al tren del adiós, del no volveremos a vernos, del recuerdo, del no poder olvidar, del sufrimiento, propio y ajeno. 

Y en la salida de tu provisional hogar la tortura acechó mi llegada, totalmente inesperada, castigando palabra por palabra, mirada por mirada, acompañada de otros ojos de desconocida mirada, pues nadie parece recordar quien soy, como si mi marcha hubiese supuesto el olvido de mi ser en el entorno. ¿Merezco esto abuela? No...

No hay final que valga, ni que desahogue, pues pronto llegará el verdadero final, cuyo peso caerá sobré mi, sobre mi alma y mi maltrecho corazón izquierdo, hasta que el derecho decida responder a la llamada del disfrute. 

Hasta siempre...

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lunes, 4 de enero de 2016

UN BLUES LENTITO

Una torpe y confusa mente, de la mano de un pobre malherido corazón, se encargan hoy de expresar en estas líneas, acompañadas de una acústica y una voz ahogada de fondo, lo que un joven de tan solo 17 años (tan solo un número) siente y padece; una enfermedad cuya cura se encuentra en algún remoto lugar entre muchas otras líneas, que tiempo atrás escribieron te amos y gracias día sí y día también.

Tiempo de cambios, de aceptar y de adaptarse, de aprender y de enseñar, de disfrutar y de sufrir menos de lo estrictamente debido. Pero las palabras no son más que el plasmar de muchas y muchas utopías, mientras que los actos son los encargados de desordenar las palabras y ponerlas a danzar en el escenario del tango que baila la vida por encima de nuestros deseos y oraciones. Momento de ordenar las piezas y construir la fortaleza, la torre, los guerreros, los caballeros...

La vida se escapa a cada momento que tecleo una tecla. me avergüenzo y me decepciono cada segundo que no disfruto, que sufro y que hago sufrir. Vida hay una (supongo), y cada milésima de segundo es aprovechable, disfrutable, sonreible, abrazable, besable... Pero también destrozable, amargable... Sueño con que mi vida pase en el tiempo de tan solo un día, pero odio ese sueño. Odio soñar en correr, temo envejecer antes de lo debido y no haber dado todo lo que tenía por dar a lo que más aprecio en este tango.

Soy pura confusión. No dudo, pero temo dudar. Tengo claras algunas cosas, pero temo perder la cabeza. Temo que la inestabilidad me mate y acabe con la poca cordura restante que hay en mi ser; un ser muy lejos de la perfección, pero cerca de lo enamorable. 

Ojalá el tango baje el tempo y se convierta en un blues lentito, de los caminables, de los soleables, de los sensibles...

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